Desde tempranas
horas de la mañana con consignas, palos y piedras en mano se ubicaron en la
plaza central de Loja a esperas de que el Prefecto Rubén Bustamante acepte
dialogar, con el fin de establecer acuerdos.
Según
Juan Pérez, presidente del barrio Nueva Esperanza los ventiladores gigantes han
provocado una disminución notable en la temperatura del sector, ocasionando que
sus moradores realicen una excesiva inversión en la adquisición de abrigos,
guantes y gorras de lana, reduciendo el circulante para comprar los productos
de primera necesidad.
“Estoy
preocupado, fueron las palabras del sacerdote de la parroquia El Tambo, al
existir mucho frío ya casi nadie va a misa y las limosnas e han reducido” y
como ya nos le cae dinero, han optado por desayunar las ostias y el vino de
consagrar.
En otro
tema Bustamante no ha querido atender los pedidos y se encuentra en las
inmediaciones de su oficina disfrutando de una gaseosa con empanadas.
Ante la
negativa de las autoridades los moradores advirtieron que de no ser escuchados
actuaran por su cuenta.
Estudiantes creativos de Comunicación
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